En la Audiencia de Alicante se ha iniciado esta semana el juicio a diez acusados de narcotráfico por un alijo de 203 kilos de cocaína que entró por el puerto de Valencia oculto en un cargamento de piñas de Costa Rica y fue incautado en abril de 2011 en una nave de Talavera de la Reina, en la calle Calera.
La vista oral se inició pese a que dos de los principales implicados los presuntos importadores de la cocaína que se desplazaron desde Costa Rica para verificar la entrega y cobrar se encuentran recluidos en Francia y Holanda por otros hechos similares. El fiscal pide nueve años y medio de cárcel a cada uno.
Según informa el diario Información, de Alicante, de los diez acusados que prestaron declaración en la primera sesión del juicio en la Audiencia solo uno de ellos admitió su responsabilidad en el envío de la droga. Es precisamente uno de los implicados talaveranos, que creó una empresa con domicilio en La Nucía para importar fruta de Sudamérica y, a preguntas de su abogado, ha admitido que le ofrecieron mil euros por kilo, lo que le supondría unos beneficios de 200.000 euros.
«Me venían muy bien», afirmó el acusado tras asegurar que su intención inicial era «traer fruta». Su misión era guardar la mercancía que llegó oculta con las piñas desde Costa Rica y manifestó que disponía de un teléfono para llamar cuando tuviera el alijo, pero aseguró que desconoce quién era el receptor final de la cocaína.
Los otros nueve acusados negaron cualquier relación con la droga incautada. Uno de ellos, que motivó la apertura de la investigación policiales por parte del Grupo de Respuesta Especial al Crimen Organizado con base en Benidorm GRECO Levante contestó solo a las preguntas de su abogado y además de negar su implicación en el alijo dijo que los 97.000 euros que le intervinieron en su domicilio de Alicante procedían de la venta de unos terrenos heredados de su suegra, de subastas y de una comisión por la venta de un depósito aduanero.
El abogado Esteban Díaz, defensor de uno de los dos acusados declarados rebeldes, aseguró al tribunal que su cliente «nunca ha salido de Holanda» y aportó una sentencia en la que figura condenado por otro alijo de cocaína pero con una identidad diferente. El tribunal de la Sección Segunda decidió no suspender el juicio porque «no consta de forma fehaciente que los acusados rebeldes esté a disposición de este tribunal».
Otro de los acusados interrogados ayer que se desvinculó de la droga fue un hombre que fue transitario en el puerto de Valencia y que, según el fiscal, tenía contactos para obtener información sobre el puerto y la fecha de entrada de contenedores de cocaína.