El esclarecimiento de la misteriosa muerte del joven vecino de Cazalegas, Víctor Manuel González Flores, podría estar cerca si las sospechas policiales que se barajan a esta hora finalmente se confirman.
Y es que la muerte de Rafael Robles en el día de hoy, en busca y captura desde el pasado 22 de enero, podría casar las piezas de un puzle desquiciante que comenzó ese día en Plasencia.
Según ha podido saber La Voz de Talavera.com de fuentes de la delegación del Gobierno, los investigadores, a esta hora, están pendientes de las pruebas balísticas para comprobar si alguna de las tres armas que portaba Robles pudieran haber causado la muerte de Víctor Manuel. A falta de esa constatación, los agentes están “prácticamente seguros” de que así será.
Que el coche de Víctor Manuel apareciera calcinado en Badajoz y que su muerte no tenga móvil aparente; que en esta ciudad ayer se cometiera el asesinato de hombre, también sin motivo alguno, y que el coche robado a esta víctima en la capital pacense fuera localizado a primera hora de la mañana en Jaraiz de la Vera; que lo condujera Robles y que se inciara una persecución de película, tras la cual pudo ser finalmente capturado este prófugo de la justicia, hacen a los investigadores relacionar todos estos casos.
Rafael Robles murió esta mañana en un paraje de Plasencia de un infarto cuando la policía le había capturado y le tenía esposado. Robles presentaba una herida en el omoplato, con orificio de entrada, pero no de salida y se investiga si la herida era antigua o se produjo en el tiroteo previo a su detención.
Relato de una loca huída hacia ninguna parte
Rafael Robles García, de 53 años, ha tenido en jaque a la policía desde que el pasado 22 de enero no regresase a la cárcel tras un permiso. Ese día disparó tres tiros a un hombre en una calle de Plasencia, Cáceres, tras mantener con él una discusión de tráfico.
Posteriormente, secuestró a un hombre para que le llevara en coche hasta la presa del Jerte. Una vez allí, el criminal le conminó a que se bajara del vehículo, cosa que no hizo porque dentro llevaba a bordo a su bebé. En un alarde de valentía y cuando Robles salía para colocarse en el asiento del conductor, el hombre aceleró y escapó de su captor pese a los tres disparos que efectuó el prófugo.
La policía sospecha que fue entonces cuando Robles se trasladó a la comarca de Talavera para esconderse. Allí, y el 30 de enero, la casualidad hizo que Víctor Manuel González se cruzase con este hombre en una finca cerca del Club Los Alcores. Dos tiros acabaron con la vida del joven vecino de Cazalegas.
Todo indica que Robles, tras hacerse con el coche del finado, emprendió la huída hacia Badajoz donde estuvo escondido hasta ayer mismo. En la capital pacense apareció el pasado martes calcinado y sin matricula el Kia Sorento de Víctor, en los aledaños del tanatorio.
Continuando con la supuesta reconstrucción de los hechos, aún por confirmar, el delincuente estuvo apostado y sin actuar en algún paraje de Badajoz hasta que ayer mató, presuntamente, de un tiro en la cabeza a un hombre de 57 años, Manuel Tejada, para robarle el coche.
Este vehículo, un Ford Focus ranchera, era localizado esta misma mañana por un agente del destacamento de Jaraiz de la Vera, a 35 kilómetros de Plasencia, por lo que se montó un espectacular dispositivo para acorralar y capturar al fugitivo. La policía, según parece, llegó a efectuar disparos contra el coche de Robles y este respondió con una de las tres armas que portaba. Los investigadores tratan de esclarecer si la herida que presentaba en el omoplato se produjo en esa refriega o era anterior.
Instantes después, y tras abandonar el coche, se escondió en un cobertizo de la zona conocida como El Espardal y, pese a resistirse a su arresto, finalmente pudo ser reducido por los agentes. En el suelo y esposado, según la versión policial, Robles sufrió un infarto que acabó fulminantemente con su vida y con su loca huída hacia ninguna parte.
Amplia ficha policial
En la ficha policial de Rafael Robles consta que en 1990 fue detenido al estar reclamado en Tudela, Navarra, por una agresión con arma blanca. Unos meses después volvieron a detenerle por tenencia de estupefaccientes, y en 1992 por tráfico de estas sustancias. También le consta una detención por agredir a una drogadicta en el año 2000. Actualmente cumplía condena desde 2001 por un homicidio doloso en grado de tentativa. Aquel hecho ocurrió también un 22 de enero de 2001, justo 13 años antes del comienzo de esta vorágine criminal sin sentido que ha dejado dos muertos, dos heridos, un secuestro y miedo y dolor, mucho dolor.