Jueves 13 de Abril de 2017.
En vísperas de que la Iglesia Católica inicie el Triduo Sacro de la Semana Santa, este Miércoles Santo tuvo lugar el penúltimo concierto del XXIV Ciclo de Música Sacra a cargo de la Escolanía del Valle de los Caídos, de Madrid, que interpretó un concierto gregoriano y polifónico de Semana Santa y Pascua.
La Escolanía de la Abadía benedictina de la Santa Cruz del Valle de los Caídos (Colegio-Escolanía 'Santo Domingo de Silos') nació en 1958 con la finalidad de contribuir a una mayor solemnidad en las celebraciones litúrgicas de la Basílica del Valle de los Caídos.
Cuarenta niños de toda España de 8 a 15 años, entre los que actualmente se encuentran dos talaveranos, los hermanos Fernández Sobrino, reciben una sólida y personalizada formación académica y musical. Junto a los estudios oficiales de Primaria y Secundaria, estudian Lenguaje Musical, uno o dos instrumentos, Música de Cámara y, por supuesto Canto Coral. Su repertorio abarca desde la monodia medieval (especialmente el canto gregoriano) hasta la polifonía sagrada y profana de las diferentes épocas de la historia de la música.
ÚNICA EN EL MUNDO
Como explicó brevemente el talaverano Víctor Hidalgo, uno de los encargados de los escolanos, en sus palabras introductorias, “diariamente, cantan en la Basílica la misa solemne, junto a los monjes benedictinos. Es la única Escolanía del mundo que canta gregoriano todos los días durante el curso académico y siempre se ha distinguido por el cultivo del mismo”.
El concierto comenzó de forma solemnísima: los escolanos recorrieron en procesión el pasillo de la nave central de la Basílica interpretando el 'Salve Festa Dies', un canto gregoriano del siglo VII. Se trata de un himno que se cantó durante siglos el domingo de Resurrección.
El padre Laurentino Sáenz de Buruaga, benedictino, dirigió toda la primera parte del concierto. Siete piezas gregorianas que los niños fueron ejecutando magistralmente. El padre Sáenz de Buruaga lleva la dirección musical general y de Gregoriano con Cecilio Domínguez e Ignacio Muñoz.
SEGUNDA PARTE POLIFÓNICA
Un impresionante Panis Angelicus, de César Frank, abrió la segunda parte íntegramente polifónica. El director de la polifonía es Raúl Trincado Dayne; al órgano estaba Valentyna Naida.
Varias obras del coquense Diego de las Muelas (1698-1743); el 'Ave María guaraní' de Morricones y el 'Stabat Mater' de Pergoseli hicieron las delicias del público, que también esta vez, como ocurriera el martes en el concierto de la Escolanía de El Escorial, prácticamente llenó los bancos de la Basílica del Prado.
Tres piezas 'de propina' concluyeron este otro magnífico concierto de la Semana Santa talaverana que, una vez más, con tanto esmero se ha preparado.
AGRADECIMIENTOS
Al final, el padre Santiago Cantera, prior de la abadía benedictina de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, daba las gracias expresamente a monseñor Felipe García, Vicario Episcopal y Rector de la Basílica, y a la Junta de Cofradías de Talavera de la Reina por su acogida.
Tras concluir el concierto, el padre Cantera se fotografió junto a la Virgen del Prado con los dos escolanos naturales de la ciudad de la Cerámica, Alejandro y Eduardo Fernández Sobrino, con quienes aparece en la imagen que ilustra estas líneas.
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