Martes 7 de Noviembre de 2017.
Querido Juan, estoy más nerviosa que un flan.
La calle hierve. Los carteles anunciadores de la manifestación de Talavera, mi pueblo, están por todos los sitios. Las cuñas de prensa y radio nos recuerdan el compromiso que debemos asumir. Los coches anuncio, recordándonos que el 11 del 11 a las 11 tenemos que “petar” la Plaza del Reloj, se pasean por la ciudad. Las muñecas de los talaveranos se adornan ahora con las pulseras anunciadoras del evento.
¿Pero después de ver este esfuerzo titánico de promoción, alguien se ha parado a pensar en ese pequeño grupo de mujeres y hombres, convecinos nuestros, que sacando horas de donde no las hay, estableciendo compromisos personales con terceros, financiando lo que parecía infinanciable, han puesto en pie de guerra a Talavera de la Reina y a su comarca?
No, yo creo que nadie ha pensado en ellos. Quizás ellos hoy no deseen que nos distraigamos, pues su máxima aspiración es que grabemos en nuestra mente, en nuestras agendas, en la puerta de nuestros establecimientos y en nuestros móviles que tenemos un compromiso ineludible el 11 del 11 a las 11.
Pero mí obligación, Juan, es contártelo. Yo he estado próxima a ellos y he sido testigo del esfuerzo infrahumano que un pequeño puñado de personas han hecho para conseguir dinamizar a esta ciudad.
No te haces idea de la multitud de horas que han dedicado a pensar, organizar, programar y animar a propios y extraños, y a impulsar a colaboradores externos al grupo iniciador. El sin número de empresas de las que han prestado sus equipos de reprografía y medios de manera desinteresada.
El dinero que ellos han puesto de sus propios bolsillos, y el que han conseguido que pongan las asociaciones, las empresas y los particulares, así como los euros conseguidos a base de vender pulseras a todo el que se cruzaba con ellos; parando a todo el mundo y ofreciéndoles una pulsera, como si fuera una rama de romero y les fueran a leer el porvenir.
No sabes, Juan, el dineral que todo esto está costando; y yo no pienso decírtelo, pues es una pecata minuta comparado con el impagable esfuerzo personal que han realizado los componentes de LA MESA; los cuales, como grupo, deberían quedar a partir de ahora grabados, con nuestro agradecimiento, en nuestras mentes.
Y por ellos tengo que decirte seriamente, Juan, que si el 11 del 11 a las 11 no estás junto a ellos en la Plaza del Reloj es que eres un mal nacido. Pero, como te conozco, sé que estarás.
Besos, Juan.