Lunes 13 de Noviembre de 2017.
Juan de Mariana sostenía que “de la necesidad de muchas cosas, del miedo y de la consciencia de su propia debilidad tuvieron su origen los derechos de la humanidad, y la sociedad civil…” (De Rege… p.24).
Esta sábado, 11 de noviembre de 2017, la sociedad civil de Talavera y su Comarca perdió el miedo, se adueñó de las calles para hacerse fuerte tras tomar consciencia de la necesidad de muchas cosas: mejorar la situación presupuestaria del Hospital, de la Universidad y de otros servicios sociales públicos, atender a la agonizante situación del río Tajo, dotarse de mejores infraestructuras de comunicación, particularmente con un tren de altas prestaciones, etcétera.
Sí, una vez más, esta sociedad mostró que su grado de tolerancia tiene límites. Las administraciones: estatal, autonómica, provincial y local no pueden seguir postergando las demandas de esta ciudad que pasó de ser la segunda más poblada de Castilla-La Mancha, a ser la segunda ciudad española con mayor índice de desempleo y de migración juvenil. El sábado, los jóvenes coreaban: “no quiero irme, quiero seguir aquí”
La manifestación multitudinaria tuvo un carácter reivindicativo pero pacífico, incluso lúdico y festivo. Para Josef Pieper la fiesta es una expresión del amor. En este caso 40.000 personas reclamando sus derechos expresaban su amor por esta tierra, por su historia llena de luces y sombras y por un futuro decente y digno. Pero también se hizo evidente que la solidaridad de la vecindad, entre quienes podemos tener diferentes opciones partidarias e ideológicas, es como la poesía: “un arma cargada de futuro”.
Como muestra de ciertas diferencias que supimos tolerarnos al interior de la Mesa por la Recuperación de Talavera y su Comarca, había quienes presentaban este acontecimiento como apolítico, cuando en realidad querían decir apartidario. La manifestación fue un hecho Político (sí, con mayúsculas). La Polis talaverana celebró un claro ejercicio de la soberanía popular, en clave de pluralismo político. No pudo esperar a que se la convoque en las urnas. Dijo: ¡basta ya! Es necesario comenzar otra etapa, esta vez: garantista. Como dijo Aurelio de León, esto es un punto de inflexión.
Algunos dirigentes políticos acudieron sin demandar protagonismo alguno, que tampoco se lo hubiera concedido la MRTC. Esto plantea una duda a partir de otra afirmación de Mariana: “el que está en el poder siempre es adulado y cortejado” (p.32). Pero si en este caso los manifestantes no tenían ninguna voluntad de adular o cortejar a sus representantes, ¿será acaso porque ya no los quieran en el poder?
Esta fiesta de Marienne, es decir, de la sociedad talaverana consciente y reivindicativa, fue amenizada por la Parranda Castellana y por el ritmo tribal y profundo del Son de Batucar. Sí, Marienne marchó, bailó, cantó y exclamó fuerte y claro sus reivindicaciones. Mas si el objeto de toda esperanza es un bien futuro arduo pero posible, la (mani)fiesta de Marienne expresó que las soluciones a sus demandas son posibles, de nosotros -en tanto que sigamos presionando a nuestros representantes- depende que lo arduo se alcance “más temprano que tarde…y sin reposo”.