Martes 19 de Noviembre de 2019.
Justamente hoy, leyendo una noticia donde se ponía de manifiesto la carencia de medios y la falta de medicamentos de Talavera de la Reina, me ha asaltado de forma incontenible, el deseo de exponer mi crítica sobre algunas cuestiones de otra índole. Pues bien, siento decirles, señores, que la falta de medicamentos en el hospital Nuestra Señora del Prado es casi un mal menor (particularmente no lo he sufrido hasta ahora, tampoco digo que no sea asi?), comparado con otras conductas que se han convertido en prácticas habituales, y que paso a relatar por mi reiterada experiencia en los últimos meses.
Lo peor de todo esto es el reflejo deshumanizado y tercermundista que se está impartiendo en la unidad de URGENCIAS de este hospital, cuyo único interés por parte de sus responsables, en concreto de esa unidad, y repito, hablo sólo de los responsables de esa unidad, es enviar a la gente a su casa prácticamente sin hacerles apenas pruebas, reduciendo así los máximos ingresos posibles. Presumo que seguramente para reducir gastos al máximo, pues no encuentro otra razón habiendo habitaciones libres y además tratándose de casos graves.
En la mayoría de las ocasiones excepto la del ingreso definitivo no importó el motivo o la gravedad de la entrada en URGENCIAS del “paciente” (nunca mejor dicho por las interminables horas de espera), y el primordial criterio que siguieron, y así lo corroboran los hechos constatados, fue poner calmantes, estabilizar al enfermo y mandarle para casa cuanto antes, casi sin hacerle apenas pruebas concluyentes para definir el diagnóstico. Desgraciadamente hablo con reiteradísimo conocimiento de causa, y a las pruebas me remito.
Bajo mi criterio, el Jefe de Traumatología y la Jefa de Urgencias de este hospital (que por tener yo más vergüenza que ellos voy a omitir sus nombres) denotan una absoluta carencia de vocación y de humanidad en el trato, y a día de hoy desgraciadamente continúan dirigiendo y regentando cargos cuyo primer objetivo consiste en aminorar gastos a la sanidad pública de la Junta, y a su propia gerencia. Esta es mi opinión porque, después de nueve entradas en URGENCIAS en poco menos de un mes hasta conseguir justificadamente los ingresos definitivos por causas graves, es lo que ambos responsables nos han demostrado a los familiares.
Tal vez si los pacientes fueran el padre o la madre de alguno de ellos, no dudo que el trato hubiera sido muy diferente, pero, lástima, nos tocó a nosotros y mañana será cualquiera de los que hoy están leyendo este comentario. Es una auténtica vergüenza que por parte de la Consejería de Sanidad y de la JCCM se esté permitiendo este circo público que afecta a la salud de todos los ciudadanos que pertenecemos a la abandonada comarca, y por tanto a la zona de Talavera de la Reina. No quiero ni pensar en esas personas mayores desvalidas, que entran continuamente a diario en Urgencias, casi solos, y no tienen a nadie que les acompañe, o que les respalde.
La impotencia que siento en estos momentos por haber recibido la absurda y ridícula contestación a las reclamaciones interpuestas ante esta Gerencia es tal que no me dejan otra opción que bien acudir directamente a los Tribunales u optar por hacer públicos estos desaguisados sanitarios, a ver si alguien de la Consejería de Sanidad de la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha se le remueve algo la conciencia, y se responsabiliza de una vez por todas para evitar así que personas totalmente incompetentes regenten estos cargos en la sanidad pública, porque no dudo que sean perfectamente válidos para desempeñar otras funciones, pero está claro que lo suyo no es ni la gestión ni la gerencia.
Una vez dicho esto, me van a permitir ustedes continuar objetivamente para discernir y situar a cada uno en su justo lugar.
Igualmente, con el mismo criterio y objetividad con la que me expreso, y como reza el dicho, me gustaría referirme y otorgar "Al César lo que es del César". Es por ello que, quiero destacar y poner de manifiesto de igual forma el sensible y excelente trato recibido posteriormente por el equipo de las secciones de Medicina Interna y Oncohematología (Hospital de Día), donde afortunadamente tengo que resaltar sin remilgos la absoluta y extraordinaria vocación de todo el personal, desde el celador, pasando por todas las enfermeras, hasta por supuesto todos y cada uno de los especialistas que nos están atendiendo y dispensando un trato absolutamente vocacional, humano, sensible, atento y profesional. Y, cierto es, ya nos habían avisado de que, aunque el hospital era el mismo, todo el equipo humano de estas especialidades era un mundo diferente, como así hemos constatado.
Considero totalmente imprescindible terminar con esta última aclaración, para que las personas que lean estas líneas no se llamen a engaños y no piensen nunca que tenemos malos profesionales, sino que a veces son muy pocos los que en ocasiones se empeñan en denostar el sacrificio y la vocación de otros muchos colegas por los cuales siento verdadera admiración, pues -sin intención de herir sensibilidades o hacer comparaciones odiosas y pidiendo perdón de antemano- no podemos permitir que la sanidad pública intente parecerse ni un ápice a un taller mecánico. Repito y no me canso: GRACIAS a todos los médicos y profesionales que aún saben y consideran con absoluta responsabilidad la importancia que supone tener una profesión extremadamente vocacional y humana.
Quizá, si algunos medios públicos a nivel general prescindieran más de programas mediáticos y vomitivos, y en cambio se dedicaran a difundir y ensalzar con más reconocimientos a todos los auténticos profesionales de la medicina, seguramente nuestra sociedad ganaría mucho más prestigio. Mil gracias a todos ellos por su denodado esfuerzo, sensibilidad y vocación.
¡Dios les guarde muchos años!
Si (
No(
A favor (
En contra (
