Jueves 9 de Abril de 2020.
El sacerdote José Arriero, fallecido esta pasada madrugada en el hospital Nuestra Señora del Prado, de Talavera de la Reina, a los 88 años de edad, no ha muerto de coronavirus, como inicial y equivocadamente se ha informado, sino como consecuencia de la leucemia que padecía desde hace tiempo.
Así lo han señalado fuentes del entorno familiar del fallecido, que con su aclaración han desmentido que José Arriero, durante muchos años capellán del mismo hospital en el que ha muerto este jueves de madrugada, se hubiera convertido en el primer sacerdote de la diócesis de Toledo víctima mortal de la pandemia de COVID-19.
Como hemos informado, el fallecido había dedicado prácticamente toda su vida a la capellanía del hospital Nuestra Señora del Prado, en la Ciudad de la Cerámica, tarea que desempeñó desde la inauguración de la entonces residencia sanitaria, en 1974, hasta su jubilación y que compatibilizó con la de profesor de la Escuela de Ayudantes Sanitarios que por entonces existía en Talavera.
65 AÑOS DE SACERDOCIO
Natural de La Fresneda de la Jara, José Arriero estudió en el Seminario de Toledo y recibió la ordenación sacerdotal el 12 de junio de 1954, cumpliendo 65 años de sacerdote el verano pasado.
Su primer destino fue como coadjutor en la parroquia de Santiago, de Toledo; al año siguiente, 1955, fue nombrado cura regente de Valdecaballeros; párroco de Campillo de la Jara, en 1956; encargado de Aldeanueva de San Bartolomé de 1956-1958; y ecónomo de Recas, en 1965.
LUCHANDO CONTRA LA LEUCEMIA
El reverendo José Arriero llevaba tiempo luchando contra la leucemia; su estado había empeorado en los últimos días y ya el lunes los sacerdotes que actualmente atienden el hospital talaverano le administraron el sacramento de Unción de Enfermos.
Descanse en paz.