Cuatro personas muertas -al menos una de ellas por un disparo-, dieciséis policías heridos y más de medio centenar de detenidos es el balance de los sucesos registrados este miércoles en Washington, cuando seguidores del presidente saliente, Donald Trump, asaltaron el Capitolio de Estados Unidos para impedir la sesión legislativa en la que se iba a certificar la victoria electoral del candidato demócrata, Joe Biden.
Miles de partidarios de Trump marcharon sobre el Capitolio y, una vez en su entorno, derribaron las vallas de seguridad y se enfrentaron a los agentes de la Policía Federal; centenares de ellos asaltaron las instalaciones, forzando la evacuación de congresistas y senadores en un acto de violencia sin precedentes en la historia de los Estados Unidos de América.
El propio Trump, que inicialmente había arengado a sus seguidores a marchar sobre el Capitolio para protestar por lo que considera que han sido unas elecciones 'amañadas' cuyos resultados ha exigido que se anulen, ante el cariz que tomaron los acontecimientos tuvo que pedir a sus partidarios, vía twitter, que se dispersaran, cosa que finalmente ocurrió.
Horas después, una vez recuperada la normalidad aunque todavía bajo los efectos del shock que los sucesos habían producido en los legisladores, Congreso y Senado han rechazado la objeción a los resultados de Pensilvania presentada por el partido conservador, con lo que han venido a ratificar la victoria electoral de Biden, que debe tomar posesión de la Presidencia el próximo 20 de este mes de enero.