Una crónica de Jorge López Teulón
Apenas hay nadie en Talavera de la Reina que no sepa quién es 'el cura Antonio' o 'don Antonio' o, simplemente, 'Corralejo', así, sin más, el 'cura de Talavera'.
Porque don Antonio Díaz-Corralejo González es uno de los curas más apreciados por sus propios hermanos sacerdotes; cómo no, por su familia y, sin posibilidad de error, por todos los talaveranos… ¡por todos!
El caso es que uno se cansa de escribir siempre necrológicas y hoy quiero escribir una vivilógica. Para que la lea don Antonio y mañana, cuando nos veamos en la misa de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, me regañe, que para eso puede.
Don Antonio es natural de su querida localidad toledana de Hinojosa de San Vicente, en la comarca de Talavera, donde nació el 15 de diciembre de 1932... Los próximos que cumple son 89 años y llega a ellos en un momento muy bueno, recuperado de no pocas zancadillas que le ha puesto su propia salud.
ORDENACIÓN SACERDOTAL
Tras estudiar en el Seminario diocesano, recibió la ordenación sacerdotal el 26 de mayo de 1956. Y por eso estas líneas, para felicitarle. Esta semana, concretamente el miércoles, ha cumplido 65 años de sacerdocio.
Muchas felicidades, don Antonio y gracias por todo lo que ha trabajado y por cómo se ha entregado a las gentes de esta su Ciudad de la Cerámica.
Ese primer año de 1956 fue destinado a la parroquia de Santiago Apóstol, de Talavera, como coadjutor. Al año siguiente fue nombrado ecónomo de Garlitos (Badajoz). En 1958, fue trasladado como ecónomo a Santa Cruz de la Zarza (Toledo)... Nunca mejor dicho: de punta a punta de nuestra extensísima diócesis.
ENCOMIENDAS CARDENALICIAS
Dos años después, en 1960, fue nombrado coadjutor de la parroquia talaverana de Santa María la Mayor. Así que lleva 61 años trabajando en Talavera, ciudad en la que el cardenal primado, don Marcelo González Martín, le dió a don Antonio una doble encomienda.
Primero fue nombrado párroco de San Ildefonso, parroquia que no existía, por lo que tuvo que edificarla físicamente y pastoralmente... Corría el año 1976. Cuando ya estuvo todo hecho, el señor cardenal le pidió, en 1992, levantar una nueva parroquia: primero en el número 63 de la calle José Bárcena, barrio del Potrero; y definitivamente en el número 104 de la Avenida de Francisco Aguirre. Se trataba de la parroquia del Sagrado Corazón.
CURA DE VARIAS GENERACIONES
Podía escribir y escribir sobre todo lo que ha hecho el sacerdote Díaz-Corralejo durante estos años. Basta algo que sabemos todos: don Antonio ha casado con no poca frecuencia a tres generaciones de la misma familia; ha enterrado, además de los que tenía por propios en sus destinos parroquiales, a los difuntos de tantos amigos que le han buscado para ello...
Y sigue todas las mañanas, cuando la ciudad echa a andar, en el altar de la iglesia de las Madres Benitas, donde lleva tres décadas siendo su capellán.
HUMILDAD Y DISCRECIÓN
Sólo esto último: Don Antonio es el sacerdote más humilde y discreto que conozco. Lo conocemos todos y, si lo buscas en “san Google” aparece únicamente su foto en el funeral de cuerpo presente del alcalde Gonzalo Lago; y, cuando le he buscado en las cientos y cientos de fotos que tengo, por fin le he encontrado con unos amigos, de los cientos que tiene, en la inauguración de la reforma de San Prudencio, el 17 de marzo de 2018.
Me alegra haber escrito esta página laudatoria y de felicitación para que la pueda leer por si mismo el protagonista. Y, como nos enseñaron los mayores, sabios latinistas, AD MULTOS ANNOS!!!
Reportaje Gráfico, Miguel Martínez 'Betis'