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Pretende ser una herramienta útil para la prevención, detección y actuación ante esas situaciones

El arzobispo Cerro Chaves y el Obispo auxiliar, García Magán, durante la reunión del Colegio de Arciprestes este jueves y portada de la Guía
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El arzobispo Cerro Chaves y el Obispo auxiliar, García Magán, durante la reunión del Colegio de Arciprestes este jueves y portada de la Guía

La Archidiócesis de Toledo edita una Guía para la Protección de los Menores ante posibles abusos sexuales

Por La Voz de Talavera
jueves 10 de febrero de 2022, 14:29h

La Archidiócesis de Toledo, a través de la Comisión Diocesana para la Protección de Menores constituida por el Arzobispo de Toledo, Francisco Cerro Chaves, con fecha de 7 de abril del año 2020, ha editado una Guía de Buenas Prácticas para la Protección de Menores.

El objetivo de la Guía es "facilitar tanto a sacerdotes, consagrados como laicos comprometidos con la misión evangelizadora y educativa de la Iglesia, la creación de entornos seguros para prevenir y combatir cualquier forma de abuso que se pueda dar en menores y personas vulnerables de la Archidiócesis".

La publicación está "en consonancia con la voluntad expresada por el Papa Francisco, las regulaciones estipuladas en el Código de Derecho Canónico y lo establecido por la Congregación para la Doctrina de la Fe en relación a la recepción y actuación ante denuncias por casos de abuso sexual a menores".

Según ha indicado el Arzobispado, "este manual pretende ser un espacio para proporcionar las pautas nece-sarias para acompañar y colaborar en el desarrollo de los niños, jóvenes y adultos vulnerables".

COMPROMISO ECLESIAL

La Guía está dirigida y "debe ser conocida y aceptada por las personas responsables de parroquias, grupos pastorales, centros de formación, instituciones y todos aquellos que trabajan en el ámbito educativo y en la pastoral ordinaria con menores y adolescentes, y estará además al alcance de la comunidad y de los padres, madres o tutores legales de las personas menores de edad".

En ese sentido, se recuerda que la Iglesia diocesana de Toledo atiende, acompaña y educa a numerosos menores en diversos programas y actividades como catequesis, grupos de apoyo socioeducativo, campamentos, etcétera, aclarándose en la propia Guía que estos son "escenarios en los que estamos obligados a proteger su integridad, construyendo así espacios protectores y saludables para el crecimiento integral de los menores".

"De este compromiso -señala en su introducción el manual- nace la necesidad de facilitar esta Guía que pretende ser una herramienta útil para la prevención o detección de sospecha o evidencia de situaciones de abuso sexual o cualquier forma de maltrato en la infancia y adolescencia".

COMISIÓN DE PROTECCIÓN DE MENORES

Precisamente para tal fin la Archidiócesis de Toledo cuenta con la Comisión de Protección de Menores y Personas Vulnerables "para la recepción y tramitación de las denuncias, así como la atención y acompañamiento de las víctimas", informa el texto, en el que se señala además que el contacto pertinente se puede establecer mediante llamada telefónica al número 629 59 43 62 o mediante correo electrónico en la dirección [email protected].

Entre otras consideraciones importantes que desde la citada Comisión Diocesana para la Protección de Menores se hacen respecto a los posibles abusos, en la Guía se recuerda que "toda persona que advierta indicios de situación de violencia, está obligada a comunicarlo de forma inmediata a la autoridad competente (Policía, Guardia Civil, Fiscalía de Menores)".

DENUNCIAS Y PROHIBICIONES

Denuncia "especialmente exigible -se advierte- a aquellas personas que por razón de su cargo, profesión, oficio o actividad, tengan encomendada la asistencia, cuidado, enseñanza o protección de menores y, en el ejercicio de las mismas, hayan tenido conocimiento de una situación de violencia ejercida sobre los mismos", en sus diferentes tipos: agresión sexual, abuso sexual directo o indirecto, acoso sexual, provocación sexual y explotación sexual.

"Con el propósito de generar en nuestro ámbito condiciones adecuadas que prevengan el abuso de menores, se trabajará para garantizar el cumplimiento de unas recomendaciones" que incluyen la de que "para las personas que hayan de tener trato con menores será necesario un certificado negativo del Registro Central de Delincuentes Sexuales y la firma de un Documento de Responsabilidad Personal".

En cuanto al trato con los menores propiamente dicho, la Guía ofrece recomendaciones concretas para las diversas situaciones referidas a conversación con menores a solas, muestras de afecto, excursiones, duchas y aseos, juegos, bromas y castigos... En lo que se refiere a las relaciones sentimentales, la Guía recuerda que están "totalmente prohibidas" y que son «motivo de cese inmediato de la actividad pastoral».

FOTOS, MENSAJES Y CITAS

En cuanto a la realización e intercambio de fotografías, se recuerda laa obligación de "informar a los padres y no difundirlas sin su consentimiento", añadiendo instrucciones como que "se guardarán en un archivo único, del que será responsable la parroquia o centro diocesano" y que hay que "evitar las tomas privadas de imágenes de menores" y que "si se hacen en actividades pastorales, ha de ser con dispositivos técnicos de la parroquia o centro educativo".

La Comisión Diocesana para la Protección de Menores se refiere también en esta Guía de Buenas Prácticas para la Protección de Menores al uso de las tecnologías de la comunicación, estableciendo que ha de realizarse "siempre por canales oficiales propios de la parroquia, grupo, centro, etcétera, nunca con el teléfono o email personal" y que "las reuniones y conversaciones se llevarán a cabo siempre dentro del horario de actividad habitual".

En ese sentido se señala, además, que "si se crean grupos de mensajería instantánea o se usa el correo electrónico para convocar, organizar o coordinar actividades, los padres deben recibir los mensajes"; y se prohibe que los agentes de pastoral y catequistas faciliten sus números de teléfono y direcciones de correos electrónicos particulares a los menores, así como "que se citen con ellos fuera de la parroquia sin permiso expreso del responsable y de los padres".

DETECCIÓN DE ABUSOS

Respecto a los criterios concretos de actuación en orden a detectar posibles casos de abusos, la Guía refiere varios indicadores físicos y de comportamiento. Entre los primeros incluye el embarazo, enfermedades de transmisión sexual, lesiones y dolor físico inexplicable o persistente en la zona genital, anal o en los senos; y, respecto a los segundos, comportamientos anómalos y anormalmente llamativos de carácter compulsivo, depresivo, defensivo, autodestructivo...

Ante la detección de algunos de estos indicadores, la Guía advierte que es necesario "informar y comunicar a la persona responsable de la actividad para que se ponga en contacto con padres, madres o tutores legales; y a la Comisión de Protección al Menor, para que actúe de modo adecuado de acuerdo a la legislación eclesiástica y civil".

Si un menor o una persona vulnerable manifiestan haber sufrido un abuso, la Guía establece una serie de pautas de actuación, como que es importante recalcar al menor "que ha hecho bien en contarlo y ha sido valiente, que no tiene la culpa y no es responsable de lo que ha pasado, que vamos a hablar y a ponerlo en conocimiento de sus padres y de las personas que pueden ayudarle y/o hacer que termine, que saldrá adelante y que su malestar pasará".

REGISTRO POR ESCRITO Y COMUNICACIÓN

Finalmente y una vez conocido el relato de los hechos, entre las indicaciones a seguir se incluye que el mismo ha de quedar registrado por escrito, para comunicarlo a los padres, a la persona responsable de la institución o a la Comisión Diocesana, para que "contacten con la familia y establezcan los pasos a seguir, incluyendo la comunicación a las autoridades civiles y eclesiásticas en caso de que se sospeche de la comisión de un delito civil o canónico".

Una vez que la familia y la Comisión Diocesana para la Protección de Menores tengan conocimiento de la situación, con el posible agresor se adoptarán las medidas cauterales previstas en la legislación, y al posible abusado se le ofrecerá medidas de seguridad, comunicando "con transparencia lo sucedido y las medidas adoptadas", indica la Guía de Buenas Prácticas para la Protección de Menores editada por el Arzobispado de Toledo.

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