El presidente de la Diputación Provincial de Toledo, Álvaro Gutiérrez, ha participado este fin de semana en la conmemoración del XXIX Aniversario de la declaración de Bien de Interés Cultural de la iglesia de Santa María de la Nava, en la localidad de Navamorcuende.
Gutiérrez ha querido acompañar al alcalde, Luis Mariano Valdés-Padrón, y los vecinos de Navamorcuende en la celebración del reconocimiento en 1993 de su iglesia parroquial como BIC con la categoría de monumento, asistiendo al acto religioso que presidió el arzobispo de Toledo, monseñor Francisco Cerro, acompañado por el párroco local, José María García.
Un acto que se dsarrolló en la propia iglesia de Santa María de la Nava, templo del siglo XVI de gran belleza e historia, y que consistieron en la celebración eucarística y una conferencia sobre el monumento, a cargo del historiador y escritor Julio Sánchez Gil, miembro de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Histórica de Toledo.
MAGNÍFICA CONSERVACIÓN
Álvaro Gutiérrez agradeció al párroco de Navamorcuende la invitación a asistir a una conmemoración que, según ha dicho el presidente provincial, "pone en valor la riqueza patrimonial de la localidad y la valiosa iglesia que atesora y que se ha conservado de forma magnífica llegando hasta nuestros días en muy buen estado, manteniendo la sobriedad constructiva del monumento".
Además de los citados, también asistieron este sábado a la celebración del XXIX Anviersario de la declaración de BIC de la iglesia de Navamorcuende el delegado provincial de Educación, Cultura y Deporte, José Gutiérrez, y alcaldes y concejales de localidades como Garciotum, Pelahustán, Cardiel de los Montes, Buenaventura, Almendral de la Cañada, El Real de San Vicente, Hinojosa de San Vicente y Almendral de la Cañada.
SOBRE UN TEMPLO ANTERIOR
Hay que señalar que la iglesia de Santa María de la Nava fue construida en el siglo XVI por encargo del señor de la Villa, Enrique Dávila, al maestro cantero Pedro de Tolosa, colaborador de Juan Bautista de Toledo y Juan Herrera; se caracteriza por su sobriedad, con muros de sillería y contrafuertes renacentistas, decorados con bolas y pináculos. A los pies cuenta con una torre de dos cuerpos.
De planta basilical, de una sola nave rematada en un ábside de cinco lados, el templo pertenece a la Archidiócesis de Toledo y al Arciprestazgo de El Real de San Vicente, se levantó sobre una iglesia anterior de la que queda la sacristía de finales del siglo XV cubierta con bóveda de crucería ojival. En el exterior se encuentran contrafuertes renacentistas rematados en pináculos coronados con bolas.
