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Ya se vela el cadáver de Ratzinger en el Vaticano, hasta su funeral y entierro el jueves 5 de enero

El Papa Emérito Benedicto XVI y el provicario  general de la Archidiócesis de Toledo, Raúl Muelas
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El Papa Emérito Benedicto XVI y el provicario general de la Archidiócesis de Toledo, Raúl Muelas

In memoriam: El talaverano Raúl Muelas recuerda el día que conoció y habló con el Papa Benedicto XVI

Por La Voz de Talavera
lunes 02 de enero de 2023, 11:10h

Desde este lunes 2 de enero el cuerpo sin vida del Papa Emérito Benedicto XVI está expuesto para ser velado en la Basílica de San Pedro, de Ciudad del Vaticano, a la que ha sido trasladado este fin de semana tras su fallecimiento el sábado 31 de diciembre en el convento de monjas Mater Ecclesiae, en el que ha permanecido alojado desde que hace casi diez años, en el mes de febrero de 2013, presentara su renuncia por motivos de salud después de casi ocho de Pontificado.

El jueves 5 de enero tendrá lugar el funeral corpore in sepulto por Joseph Ratzinger, fallecido a los 95 años, que será presidido por su sucesor al frente de la Santa Sede, el Papa Francisco; ambos han sido protagonistas de un hecho histórico al compartir pontificado -aunque aquél en calidad de emérito- y lo seguirán siendo en los próximos días al ser la primera vez en la época contemporánea en la que un Papa presidirá las exequias de su antecesor, que hizo el número 265 de los Santos Padres de la Iglesia Católica.

Lógicamente, la muerte de Benedicto XVI ha sido una de las noticias del año recién terminado, justo el día en que aquél expiró, y son innumerables los artículos y mensajes que tal pérdida ha supuesto para el Mundo, en general, y la Iglesia, en particular; entre ellos, el del provicario general del Arzobispado de Toledo, el reverendo talaverano Raúl Muelas, que tuvo ocasión de conocerle y hablar con él en Roma y que desde la Ciudad de la Cerámica ha escrito in memoriam el cariñoso y emotivo texto que ofrecemos a continuación.

GRACIAS, SANTIDAD

Aunque estuve en muchos encuentros públicos y masivos, nunca tuve la ocasión de saludarle personalmente siendo Papa. Pero jamás me olvidaré del día en el que pude hablar unos minutos con él, poco tiempo antes de ser el Obispo de Roma. Era entonces el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Caminaba yo por Roma al lado de D. Rafael Palmero, Obispo de Palencia en ese momento. Íbamos a cruzar la calle para transitar por el Puente Vittorio Enmanuelle II, cerca del Vaticano. Don Rafael me dijo: “Mira, Raúl. Ahí está el cardenal Ratzinger”. Iba acompañado de un sacerdote. Vestía una sencilla sotana negra, con un pectoral sencillo e iba cubierto con una sencilla boina negra. Como caminaban hacia nosotros, nos esperamos y no cruzamos la calle. Con una sonrisa amable nos saludó y dio pie a comenzar una breve conversación. Se interesó por quiénes éramos. Se puso a nuestra disposición, si en algo nos podía ser de utilidad. Y nos habló de España y de su simpatía por nuestra Patria. Nos dimos un apretón de manos y cada cual seguimos nuestro camino. No hubo fotos. Sólo la alegria de haber intercambiado unas palabras con una de las personalidades más conocidas de nuestra Iglesia Madre. Y esa estela de gozo por haber experimentado la delicadeza de trato del entonces cardenal prefecto.

Después vino su elección como Papa en el cónclave del 2005. Su riquísimo Magisterio. Sus visitas apostólicas. Sus encuentros masivos con los peregrinos. Su mirada tímida y su talante humilde. Su grandeza de espíritu. Su fortaleza llevando la cruz de las persecuciones. Su defensa constante de la Verdad. Su firmeza con los lobos con piel de cordero, que hacían daño al rebaño. Su profunda vida espiritual. Su pensamiento profundo y profético. Su retiro del Pontificado para seguir sirviendo a la Iglesia...

Gracias, querido Papa Benedicto, por tu entrega generosa. Por habernos enseñado a anteponer a Cristo y a la Iglesia por encima de los intereses propios. Gracias por tu vida y gracias por enseñarnos, con tu ejemplo, a entregarla cristianamente cuando llega a su fin natural.

Después de tu Pontificado en la Sede de Pedro y de estos casi 10 años de retiro silencioso y orante... Después de tu encuentro con el Juez justo y Señor de la Vida..., voy a pedirte algo, puesto que fuiste tú el que hace casi 20 años, frente al puente, me dijiste: “Posso fare qualcosa per Lei?”.

Si ya gozas del cielo (así lo esperamos por su misericordia), y estás con Dios, junto a la Virgen María, los Ángeles y los Santos (especialmente tu amigo san Juan Pablo II), intercede por la Iglesia Madre, por el Papa Francisco, por los obispos y sacerdotes, por los consagrados y laicos... Que seamos fieles a la tarea encomendada y ser así, como tú lo fuiste, humildes trabajadores en la Viña del Señor.

Yo hoy ofrezco la Santa Misa y mi pobre oración como sufragio por tu eterno descanso y pido a todos los que me lean que también la ofrezcan como signo de caridad con quien tanto bien nos ha hecho. Gracias, Santidad, y hasta el cielo!!!

Ilmo. Rvdo. Sr. Don Raúl Muelas Jiménez, Provicario del Arzobispado de Toledo.

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