Una información de Jorge López Teulón
Al Cristo de Medinaceli se le llama popularmente el Señor de Madrid porque es la imagen de Jesús al que más devoción tienen los madrileños. Pero, en realidad, a venerarle, especialmente el primer viernes de marzo, acude gente de toda España; por ejemplo, varios grupos de personas de las tierras de Talavera lo harán el próximo sábado 11 de marzo.
Así, los párrocos de los pueblos de Alía, Puerto de San Vicente, Campillo de la Jara, Mohedas, Aldeanovita, La Estrella, Azután. Alcolea de Tajo, Torrico y Calera llevarán a 246 feligreses a la capital de España para ir ¡al Cristo de Medinaceli! y a la Colegiata de San Isidro, a rezarle al santo labrador.
Las copias de esa talla principal de la Basílica del número 2 de la Plaza de Jesús en el centro de Madrid están esparcidas por toda España y, sin exagerar, en medio mundo. En el caso de la imagen que se venera en la iglesia del convento de San Bernardo de Talavera de la Reina, fue el empresario Félix Moro Vallejo quien la adquirió para ser venerada en la Ciudad de la Cerámica.
TRIDUO Y FIESTA
Aunque lógicamente no alcance la popularidad de su original, la imagen del Cristo de Medinaceli conservada por las Madres Bernardas en Talavera volverá a ser protagonista de su fiesta en este viernes 3 de marzo, que concentrará a cientos de talaveranos en la Plaza de San Pedro y calles adyacentes, que serán serán testigos de la devoción de nuestras gentes por esta imagen que nos muestra a un Cristo condenado y atado de manos, que preludia la próxima Semana Santa.
Este jueves a la conclusión del triduo, que ha presidido su recién nombrado capellán, el sacerdote diocesano Gonzalo Barrantes Lázaro, las monjas cistercienses del convento de San Bernardo, junto a las fieles devotas que cada año generosamente costean los adornos florales, ya mostraban el precioso altar esperando la llegada de los talaveranos que hoy desfilarán ante la imagen del Cristo de Medinaceli, un año más sin el tradicional besapiés de antes de la pandemia.
SIN BESAPIÉS
Y es que este viernes 3 de marzo, cuando comience la Santa Misa conventual de las 08:30 horas, ya muchos habrán desfilado para venerar, rezar y pedirle al Cristo de Medinaceli. Y así, a lo largo de todo el día hasta últimas horas de la noche, en una jornada en la que permanecerá abierto el templo para facilitar las visitas.
La venerada imagen en su precioso altar, la iglesia conventual, los fieles devotos, el susurro de las oraciones, los labios pedigüeños, el beso lanzado al aire, los Antiguos Caballeros Legionarios de Talavera que junto a los congregantes marianos hacen guardia, el olor a dulces recién hechos por las monjas, el torno y las colas para comprarlos... Es un todo...
¡Es el Cristo de Medinaceli!